Aviso: Este artículo tiene fines únicamente informativos y educativos. No sustituye el consejo profesional, diagnóstico ni terapia. Si tú o alguien que conoces está experimentando problemas de pareja o lidiando con los efectos de la infidelidad, por favor consulta a un consejero o terapeuta certificado.
El matrimonio es una institución compleja que requiere inversión emocional, compromiso y lealtad. Sin embargo, la infidelidad continúa siendo un desafío en muchas relaciones. Investigaciones indican que aproximadamente el 40–50% de los matrimonios en Estados Unidos terminan en divorcio, y la infidelidad contribuye significativamente a muchos de estos casos. A pesar de esto, muchos hombres que tienen relaciones extramaritales rara vez dejan a sus esposas por sus amantes. Comprender por qué sucede esto implica explorar factores psicológicos, sociales y emocionales.

Razones por las que los hombres a menudo no dejan a sus esposas
1. Comodidad y familiaridad
Los matrimonios a largo plazo brindan estabilidad y seguridad emocional. Muchos hombres encuentran consuelo en una relación donde su pareja los conoce profundamente, incluyendo sus hábitos, preferencias e historia de vida. Esta familiaridad reduce la incertidumbre y el riesgo, haciendo emocionalmente más seguro permanecer en el matrimonio mientras se buscan intereses extramaritales de manera discreta.

2. Responsabilidades familiares y sociales
Los hijos, bienes compartidos, finanzas entrelazadas y obligaciones familiares suelen disuadir a los hombres de dejar el matrimonio. El impacto emocional en los hijos, junto con consideraciones legales y financieras, hace que el divorcio sea un reto complicado. La percepción social también influye: los hombres pueden temer ser vistos como quienes “abandonan a su familia”, incluso si han sido infieles.
3. Miedo al cambio y a lo desconocido
El divorcio representa un cambio importante en la vida. Implica trauma emocional, reorganización financiera y volver a entrar en el mundo de las citas. Muchos hombres eligen mantener la aventura amorosa en secreto para disfrutar de la novedad sin sacrificar la estabilidad, estilo de vida y estatus social que les ofrece el matrimonio.
4. Compartimentalización emocional
Algunos hombres son capaces de separar sus sentimientos hacia su esposa de su compromiso emocional o sexual con la amante. Esta compartimentalización cognitiva les permite experimentar nuevas emociones o estimulación sexual sin sentir culpa total, manejando efectivamente dos relaciones en paralelo.
5. Las amantes como escapes, no como reemplazos
Las relaciones extramaritales a menudo sirven como fuentes temporales de atención, validación o alivio emocional, en lugar de ser vistas como parejas potenciales de vida. Muchos hombres no buscan reemplazar a su esposa; la aventura proporciona novedad y emoción mientras las responsabilidades y la realidad de la vida permanecen ancladas en el matrimonio.
El fenómeno del “neblina del affair” (“affair fog”)
Los terapeutas describen la “neblina del affair” como un estado mental donde se idealiza a la pareja extramarital, creyendo que representa el amor verdadero. Sin embargo, estas percepciones suelen desvanecerse cuando la relación secreta se hace pública o surge la posibilidad real de dejar al cónyuge. Las relaciones basadas en el secreto rara vez sobreviven a las presiones de la vida cotidiana.

Por qué las mujeres a menudo esperan — y pierden
Desde la perspectiva de la amante, la historia suele ser de esperanza, espera y decepción. Algunas mujeres invierten emocionalmente en un hombre casado, creyendo que eventualmente dejará a su esposa. Las estadísticas muestran que menos del 10% de los hombres casados que son infieles realmente abandonan a sus esposas. Muchas mujeres terminan alejándose emocionalmente, agotadas y desilusionadas.

¿Pueden recuperarse los matrimonios después de una infidelidad?
La infidelidad no necesariamente significa el fin de un matrimonio. Según la Asociación Americana de Terapia de Matrimonio y Familia (AAMFT, por sus siglas en inglés), entre el 60 y 75% de las parejas que reciben terapia después de una infidelidad logran reconstruir su relación. La recuperación depende de la disposición mutua para enfrentar la traición, buscar ayuda profesional y restaurar gradualmente la confianza.
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Conclusión
Los hombres que engañan pero permanecen en su matrimonio a menudo actúan por miedo, conveniencia, familiaridad emocional y presión social, más que por lealtad o amor. Reconocer estos patrones resalta la complejidad del comportamiento humano y los desafíos de las relaciones a largo plazo. Las relaciones saludables requieren límites claros, respeto mutuo y comunicación honesta. Abordar los problemas subyacentes del matrimonio de manera proactiva sigue siendo el camino más efectivo para lograr estabilidad y satisfacción a largo plazo.
Fuentes:
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General Social Survey – NORC en la Universidad de Chicago
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Institute for Family Studies: Who Cheats More? The Demographics of Cheating in America
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Today.com: Why Married Men Don’t Leave Their Wives
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American Association for Marriage and Family Therapy